Os voy a relatar el caso de una antigua alumna de Ciencia y Tecnología de los Alimentos a la que he ido siguiéndole la pista, mediante los correos que me ha ido enviando sobre sus anhelos investigadores, hasta que finalmente se ha doctorado con una tesis titulada «Modélisation du devenir de l’hexabromocyclododécane (HBCD) chez la poule pondeuse : influence des caractéristiques physiologiques » en la Universidad de Lorraine, en Francia.

Se trata de Elena Domínguez Romero, que estudió Veterinaria en la UCO y posteriormente CyTA. Era una alumna brillante, ya que en el curso 2006/07 aprobó las 22 asignaturas que no tenía convalidadas, que correspondía a dos cursos académicos,  consiguiendo 6 matrículas de honor.

Había emprendido su camino de egresada y como de la inmensa mayoría de alumnos, no sabía nada de ella, hasta que un buen día recibí un correo, hace casi exactamente 6 años. Era un correo para pedirme una carta de recomendación, pero era mucho más que eso, era una descripción perfecta de su deseo de seguir formándose y de conseguir las metas soñadas. Aunque llevaba trabajando varios años como responsable de calidad de una importante fábrica de pan de Sevilla, en la que seguramente tenía un porvenir asegurado, su anhelo estaba en hacer un máster. Pero no era un máster cualquiera, era un máster en Francia, para lo que se había estado preparando hasta obtener el B2 en francés, idioma que no había cursado previamente. Quería optar a una beca de la Caixa y para eso era la carta de recomendación.

Obviamente, la recomendé y supuse que no sabría más de ella. Pero me equivocaba, volvió a escribirme, recordando su paso por mis asignaturas y agradeciéndome por enésima vez mi pequeño gesto. Luego fue otro correo, en el que me indicaba que estaba preseleccionada para la beca y más tarde otro en el que me decía que finalmente no se la habían dado. Pero este último, no era un correo lúgubre o apesadumbrado, todo lo contrario, era como si le hubiese reafirmado en su empeño. Quería hacer el máster, por lo que solicitó la inscripción de todas formas, aún sin beca.

La admitieron en la Universidad de Auvergne en Clermont-Ferrand, presentó su dimisión en la empresa y antes de iniciar el máster tuvo tiempo para ejercer de veterinaria de campo en Asturias por unos meses… se iba aproximando a Francia, desde su Jerez natal.

De nuevo, creí que una vez conseguida su meta, no volvería a saber de ella, pero no fue así, me escribió para contarme lo ilusionada que estaba con el máster y con sus prácticas en el INRA con grandes investigadores que le “inyectaron el gusanillo” por la modelización, en este caso ligada a la absorción y metabolismo digestivo de los nutrientes en los rumiantes.

Tras un paréntesis de unos años, volví a saber de ella, había iniciado su doctorado en la Université de Lorraine Nancy, que defendió el pasado 21 de noviembre.

Me hubiese encantado asistir al acto, al que ella me había invitado, pero noviembre fue un mes muy intenso de actividades para mí, y tenía un gran número de clases acumuladas por mi reciente viaje a Ecuador.

¡Enhorabuena Elena! y no pierdas nunca el entusiasmo, ni el contacto.