La segunda promoción del grado en Ciencia y Tecnología de los Alimentos, ha realizado en el día hoy, 21 de julio, su última actividad académica: la exposición y defensa de sus trabajos de fin de grado.
He tenido la suerte de forma parte de uno de los tribunales que los ha evaluado, junto a Mª Carmen Millán y Estrella Montero, con las que ha sido muy fácil acordar las calificaciones, que en todos los casos han estado entre sobresaliente y un par de matrículas de honor muy merecidas, para Mª Teresa Amaro Llavero y Verónica Álvarez Hervás.
Es una grata satisfacción verlos en este punto después de seguirles la trayectoria de 4 años en su carrera. Entraron siendo unos adolescentes inquietos y dispersos y salen unos verdaderos profesionales, que seguro pondrán muy alto el nombre la Universidad de Córdoba y de la titulación en Ciencia y Tecnología de los Alimentos que han cursado.
Los temas de estos TFGs de lo más variado, desde la normativa de alegaciones nutricionales, hasta la aplicación extracción de cultivos bacterianos como preservadores frente a patógenos, pasando por estimación de antioxidantes en quesos y sueros lácteos, coagulados con cuajo vegetal, o evaluación del sabor amargo de los aceites tanto de forma instrumental como organolépticamente, por poner algunos ejemplos.
También un cierto orgullo de ver que algunas de las actividades prácticas que les enseñaba hace cuatro años en la asignatura Alimentación y Cultura, las han puesto en funcionamiento, tanto en sus memorias, como en sus presentaciones. Aunque a algunos les he tenido que recordar ciertos detalles que habrían dado mejor legibilidad a sus proyecciones, que al parecer habían olvidado. Pues realmente el ejercicio de defensa del TFG, sigue siendo una actividad docente en la que el rol de profesores seguimos ejerciéndolo para perfilar a estos profesionales en ciernes.
Por otra parte y en otra sala distante de la que yo participaba, se desarrollaba en otro tribunal, la exposición y defensa de mi hija Alicia, que pertenece a esta promoción. Afortunadamente pedí que me la grabaran en vídeo y he podido reafirmar mi orgullo de padre y en este caso, también de tutor de TFG, junto a mi compañero Manuel A. Amaro. Obviamente, no podría ser objetivo sobre su exposición y posterior defensa, pero valga la nota de Matrícula de Honor: 10, para confirmar que mi opinión ha sido compartida, por quien realmente tenía que juzgarla.
Aunque no pertenece a la promoción de CyTA, sino a la de Veterinaria, la hija de unos buenos amigos, Lucía Ramos, también ha obtenido una Matrícula de Honor, en este caso dirigida en solitario por mi compañero Manuel A. Amaro. Un premio merecido también para él, pues en el fondo aunque a quien se califica es a los alumnos, la satisfacción es para los tutores, sobre todo como en el caso de Manuel A. Amaro, que ha estado muy pendiente de sus tuteladas. Por desgracia, hemos podido comprobar que no siempre es así y algunos de los alumnos evaluados han tenido que confirmar el desamparo en el que se han visto, por la ausencia de un tutelaje adecuado. Sin ánimo de criticar a los compañeros, que a veces por exceso de tareas, a veces por la necesidad de que todos los alumnos se vean atendidos, y en las menos veces, por un afán de meritaje que realmente debían focalizar en otros logros, no han podido estar a la altura. En contrapunto, felicitar a Montserrat Vioque que ha tutelado unos de los TFGs calificados con matrícula de honor en mi tribunal, por darle un giro a una línea clásica de su grupo de investigación, que además de novedosa puede tener repercusiones muy interesantes en formulación de alimentos funcionales, tan de moda y demandados por la industria alimentaria y por los consumidores.
¡¡Enhorabuena!! a todos los que con este acto han completado sus estudios de grado, recordarles que los estaré esperando en los dos másteres que coordino (Nutrición Humana y Agroalimentación) que en este momento tienen abierta sus preinscripciones, y a más largo plazo en el programa de doctorado de Biociencias y Ciencias Agroalimentarias, si se quieren seguir formando en nuestra universidad en temas afines a su formación. Y para aquellos que en este momento corta el cordón umbilical con la UCO, dejarles claro que les seguiremos la pista profesional y que el elenco de profesores que ahora dejan atrás, seguirán aquí (hasta que nos jubilen) para cuando lo necesiten, alegrándonos de sus éxitos y apoyándolos cuando éstos se resistan.
