El pasado 21 de septiembre en la Pérgola (Kiosko de la música) y con motivo del día del Alzheimer, se han celebrado una serie de actos relacionados con las demencias seniles.

Bajo el lema RecuerdaTÉ: se ofreció un amplio programa de actividades, en el que colaboró activamente Mercado Victoria y su gerente Paco Mulero.

El objetivo principal era la prevención y detección precoz del Alzehimer y otras demencias, con la participación de diferentes profesionales relacionados con estas patologías.

En mi caso, la intervención titulada «Alimentar desde el conocimiento», trató de acercar a los participantes algunos elementos de hábitos de vida y sobre todo alimentarios que contribuyen a la prevención de estas patologías y/o, incluso a mejorar sus síntomas. Repasando los elementos que más influyen en estas patologías y según una reciente revisión del pasado mes de julio de la prestigiosa revista The Lancet, la hipertensión, diabetes y obesidad se encuentran entre las principales causas predisponentes de las demencias, junto a otros factores menos relacionados con la alimentación, como sordera, tabaquismo o depresión. Obviamente una alimentación que evite o corrija estas patologías sería una de las formas más eficaces de prevenirlas. Aunque son numerosos los estudios que identifican determinados nutrientes de los alimentos (vitaminas como la B6 B9, B12, C y E, ácidos grasos omega-3) u otros componentes activos de los alimentos como polifenoles, resveratrol, etc. como agentes de prevención y mejora de los síntomas de las demencias, no podemos entender que sean dichos compuestos de forma aislada los que tienen el efecto, para simplemente tomarlos en forma medicamentosa, sino obtenerlos de la dieta que es como mejor producen su efecto. Y es que en la propia revisión de The Lancet no se mencionan de forma específica estos compuestos, sino una dieta especial que ha demostrado en éste y otros estudios científicos sus efectos beneficiosos sobre diversas patologías y preventivo sobre ellas, y por supuesto sobre las demencias, que es la Dieta Mediterránea. 

Efectivamente volvemos a encontrar la solución a nuestros problemas en esta forma de alimentarnos tradicional en el Mediterráneo, España y Córdoba, que no es ni más ni menos que la que tomaban de jóvenes la mayoría de los asistentes. Esa fue la consigna, rescatar la alimentación tradicional familiar, pero lógicamente adaptando la energía aportada por esa dieta, a la actividad física que ahora desarrollan y no a la que tenían de jóvenes.

Pero el mensaje fue un poco más allá, no es sólo la dieta, como alimentos ingeridos, sino más bien un estilo de vida mediterráneo, más pausado, más dialogado en las comidas, unos hábitos de sociabilización personal (y no a través pantallas u otra tecnología), la recolección de espárragos, setas y otras plantas silvestres comestibles, los juegos sociales (petanca, paseos, e incluso cartas, dominó, etc.) que mantienen activo nuestro cerebro. 

La última cita científica, no fue tampoco de carácter alimentario, pues dentro de la importancia de la actividad física en estas patologías y según un estudio del The journal of Geontology, publicado justo el día anterior en La Opinión: la actividad sexual mejora la memoria en las personas mayores. Esta referencia científica, levantó expectación y alguna sonrisa picarona… y seguro que no se les habría olvidado al llegar a sus casas, aunque sea para comentar con las vecinas.

Al finalizar en una entrevista para PTV, me pidieron una frase que resumiera mi ponencia, creo que es bastante elocuente: «Dieta Mediterránea y te acordarás toda tu vida»