El 18 de octubre, han empezado las clases de la Cátedra Intergeneracional en Castro del Río. Ha sido un placer volver a este pueblo, en el que estuve este verano con motivo de un concurso de repostería, pero en esta ocasión, para compartir conocimiento con los más veteranos.
En esta sede, que inicia su andadura en la Intergeneracional, se da una paradoja respecto a las restantes, que es la proporción de géneros, que prácticamente está invertida con respecto a otros pueblos. En esta ocasión una mayoría de hombres, en un grupo muy participativo y sumamente interesado por todo lo que vamos contando. Además, he tenido la suerte de tener un experto en medios audiovisuales que ha tenido la gentileza de hacer fotos mientras yo daba la charla, además de grabar un vídeo para la televisión local de Castro (espero conseguirlo y colgarlo).
Aunque, siempre llevamos un programa cerrado con temas que proponemos tratar, es habitual que surjan temas colaterales que nos llevan por sinuosos derroteros alimentarios e incluso a veces no alimentarios. Tratando de desmontar falsos mitos y de poner en valor la alimentación, en mi caso desde el punto de vista nutricional y cultural, aunque mis compañeros Manuel A. Amaro y Rafael Gómez se encargarán de la seguridad alimentaria y tecnología de los alimentos respectivamente. Durante 10 semanas compartiremos las tardes de los miércoles en la biblioteca municipal de Castro del Río, con los alumnos más atentos y participativos de la UCO (aunque a alguno, a veces le vence el sueño, pues las 5 de la tarde es una hora «mu mala»).