Un sueño sin tiempo_web

 

… que sabemos lo que queremos.

Ni loco, ni paranoico, ni pienso presentarme a los premios Hugo de relatos de ciencia ficción.

Calcetines perdidos en las lavadoras es un post provocador, que no va en mi línea de este blog (lo siento por las dos personas a las que realmente les había gustado).

Son varios homenajes en uno: al 400 aniversario del Quijote (segunda parte) a JJ Benitez, pero sobre todo a aquellos blogueros que han creado un arte de convertir, lo que quieren decir, en un obra arquitectónica hecha con fuertes pilares sobre cimientos de arenas movedizas.

Mi modesto homenaje al Quijote (que a Sancho ya se lo hicimos), sin pretender estar ni mucho menos a la altura de Cervantes, es simplemente porque he querido ridiculizar mi literatura favorita: la ciencia ficción, precisamente haciendo un relato de este género, donde en lugar de gigantes, he usado lavadoras.

A JJ Benitez porque es el mago de aportar información verdadera, para fabular historias increíbles, donde se te puede presentar la duda razonable sobre su verosimilitud. Aunque como yo en mi corto relato, él puede llegar hasta la pura saturación de datos en sus Caballos de Troya, 1, 2, 3….perdí la cuenta.

Y por último y motivo principal de mi relato: a esos blogueros, a los que de vez en cuando cito, que creí realmente que estaban locos, o eran unos fanáticos (bueno esto último no lo descarto), pero que realmente saben lo que quieren: transmitir una idea preconcebida basada en algo de ciencia y mucha vehemencia, que apuntalan por todas partes con citas bibliográficas de famosas revistas, o estudios científicos, de los que entresacan lo que realmente les interesa y de alguna manera apoyan sus teoría.

Eso ha sido calcetines perdidos, tratar de justificar mediante multitud de datos científicos, constantes, proporciones, enlaces a la Wikipedia y otras páginas de más dudosa fiabilidad, pero de un aspecto impecable, un argumento tan poco defendible como el viaje en el tiempo a través de una lavadora.

¿Y por qué concretamente los calcetines? Porque hasta el más firme creyente en lo que yo pueda escribir en mi blog, no podría por menos que pensar que era imposible lo que estaba leyendo. Porque por mucho que encontrara datos verosímiles, al final terminaba chocando con la realidad de «calcetines viajando en el tiempo a través de lavadoras de vecinos». ¿Qué hubiese pasado, si hubiese inventado sobre nutrientes, alimentos o dietas? Además con buenas argumentaciones y enlaces a páginas «fiables». Que posiblemente hubiera hecho que la inmensa mayoría os lo hubierais creído. No os llamo crédulos. Simplemente, una buena idea (aunque falsa) bien argumentada, es perfectamente creíble. Miremos el panorama político que nos rodea, donde cada partido sobre un mismo hecho tiene razón diciendo lo contrario y cuando los oyes argumentar: son creíbles… salvo algunos que también pretenden hacernos creer que los calcetines viajan en el tiempo por las lavadoras…

Cómo ha habido quien me ha preguntado si eran verdad partes verosímiles de la historia, os diré que todo es inventado: no tengo alumna en Japón y mucho menos conozco fábricas secretas de lavadoras; no existe una nueva teoría de los campos unificados; el entrelazamiento cuántico no tiene nada que ver con todo esto; las redes bayesianas y neuronales son muy útiles en toma de decisiones y evaluar consecuencias a partir de situaciones de partida, pero no hacen simulaciones sino ofrecen resultados probables; el experimento Filadelfia es una de las argumentaciones de los defensores de que los gobiernos hacen experimentos peligrosos a nuestras espaldas; las constantes de Avogadro y gravitación, son conceptos de instituto, que a todos nos suenan; y por último, el número áureo y la sucesión de Fibonacci, se encuentra ampliamente representados en la naturaleza y fascinan a todos los seguidores de lo oculto. Tampoco ha habido ninguna noticia o historia sobre la que me haya basado. Lo que me ha inducido a ello simplemente fue una inmensa colada de calcetines, con algunos desapareados y las ganas de hacer una parábola sobre lo que muchos blogueros hacen día a día y muchísimas personas creen.

Rafa cremallera

Por último, deciros que este artículo me ha recordado mi primer blog, allá por el año 2003, en el que lejos de mi línea actual (y bajo seudónimo), llegué a recoger casi medio centenar de relatos de ficción de los temas más variados, en una época muy productiva de mi imaginación, por el puro placer de fabular.

Ya sabéis, no creáis todo lo que leáis, ni aunque os lo cuente yo.